Bautismo Espiritual v2 cap 7 Problemas, Dudas, y Cuestiones sobre el Bautismo del Espíritu

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I. Profecías relacionadas con el Bautismo del Espíritu
II. El Prometido Bautismo en el Espíritu Santo.
III. La Venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés.
IV. Referencias después del Día de Pentecostés.
V. La Llenura del Espíritu Santo.
VI. El Bautismo significa que la persona es ahora parte (identificado con) el cuerpo de Cristo, la Iglesia.
VII. Problemas, Dudas, y Cuestiones sobre el Bautismo del Espíritu. — presente pagina —




VII. El Espíritu Santo después de la Época de la Iglesia

El Bautismo significa que la persona ha muerto al poder del pecado en su vida personal (Bautismo en el Espíritu Santo por Jesús).

Hechos 1:5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

Mateo 3:11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él (Jesús) os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

Hechos 11:16 Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.

Gálatas 3:26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; 27 porque todos los que habéis sido bautizados en (para) Cristo, de Cristo estáis revestidos. 28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

Colosenses 2:9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. 11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; 12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. 13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,




Romanos 6:3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. 11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Jesús específicamente dijo a los discípulos en Jerusalén que deberían quedarse en Jerusalén y esperar esta «venida del Espíritu Santo» o este bautismo en el Espíritu Santo. Los creyentes afuera de Jerusalén luego recibieron este bautismo del Espíritu según el orden en Hechos 1:8, «en Jerusalén (Hechos 2), en toda Judea (Hechos 2), en Samaria (Hechos 8:14-17), y hasta lo último de la tierra (Hechos 19:1-6)». Todos estos fueron creyentes bajo el Antiguo Testamento esperando la venida del Mesías. Ya creyeron en la revelación dada a ellos. Dios dio el Espíritu nada más a los discípulos en Jerusalén en el día de Pentecostés. Su razón de dar el Espíritu aparte a los Samaritanos y gentiles fue de hacer el punto que Dios no respeta las personas, y bajo el Antiguo Pacto, personas de la raza de Abraham tuvieron preferencia. Bajo el Nuevo Pacto, todos serán tratados igualmente sin preferencia al judío. También Dios quiso usar el problema de los creyentes no judíos como punto de enseñanza para librar los bajo el Nuevo Pacto de la Ley de Moisés. Todo esto cayó muy pesada a los discípulos y apóstoles en Jerusalén y resultó en el concilio de Jerusalén en Hechos 15. Una vez resuelto (Hechos 15) para los Samaritanos de Hechos 8, la puerta fue abierta para los demás de los gentiles. Aparte de estas ocasiones, vemos siempre el Espíritu Santo viniendo en el momento de salvación, y la Biblia habla siempre del Espíritu que mora adentro del creyente.