Bautismo Espiritual v2 cap 1 Profecías relacionadas con el Bautismo del Espíritu

Tabla de Contenido

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I. Profecías relacionadas con el Bautismo del Espíritu — presente página —
II. El Prometido Bautismo en el Espíritu Santo.
III. La Venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés.
IV. Referencias después del Día de Pentecostés.
V. La Llenura del Espíritu Santo.
VI. El Bautismo significa que la persona es ahora parte (identificado con) el cuerpo de Cristo, la Iglesia.
VII. Problemas, Dudas, y Cuestiones sobre el Bautismo del Espíritu.




Capitulo 1 – Profecías relacionadas con el Bautismo del Espíritu

A. La Actividad del Espíritu Santo bajo el Antiguo Pacto

Debemos aclarar primero la situación bajo el Antiguo Testamento (Pacto). Hay algunos que piensan que el Espíritu Santo ni moraba adentro de los creyentes ni obraba en el Antiguo Testamento. Este concepto estima sobremanera el poder humano de hacer cualquier cosa en la voluntad de Dios sin la ayuda de Dios. Dios obra en los hombres por medio de su Espíritu Santo (véase Esdras 1:5). Solamente por medio de este Espíritu es posible que personas puedan tener el poder o la capacidad de cumplir con la voluntad de Dios. Entonces el Espíritu Santo estaba activa bajo el Antiguo Pacto (1ª Reyes 18:12; 2ª Reyes 2:16).




B. El Espíritu Activo en Creación y Demostraciones del Poder de Dios

Por ejemplo «el Espíritu de Dios se movía» en creación (Génesis 1:2 véase también Salmo 18:15; 33:6; 104:30; 2ª Samuel 22:16; Job 26:12; 33:4; Zacarías 12:1). Dios contendió con el hombre por medio de su Espíritu (Génesis 6:3; véase también Nehemías 9:30; Isaías 63:10; Hechos 7:51). En el éxodo, Moisés dijo «Al soplo de tu aliento (espíritu) se amontonaron las aguas» (Éxodo 15:8,10). (La palabra para «espíritu» en hebreo y griego puede significar espíritu, aliento, o viento dependiendo del contexto). Por lo mismo en las plagas sobre Egipto (Éxodo 10:13, 19; 14:21; 15:8) hay la posibilidad que la referencia que el «viento» que traía o quitaba las plagas es una referencia al Espíritu Santo. Lo mismo vemos en la provisión de alimento para Israel en el desierto (Números 11:31). El Espíritu de Dios es relacionado con el juicio de Dios (Job 4:9).




C. El Espíritu en Creyentes

Además la Biblia dice que en algunos casos claros, hubo creyentes en el Antiguo Testamento que tuvieron el Espíritu Santo sobre ellos o adentro de ellos. Faraón reconoció que José tuvo el Espíritu de Dios, «¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?» (Génesis 41:38). En el castellano los conceptos de algo «en» otra cosa, algo «al lado de o con» otra cosa, y algo «sobre» otra cosa son distintos. En hebreo, todos estos conceptos distintos son representados con la misma preposición, beth. Esta causa un poco de confusión para nosotros, pero es mejor de no hacer grande la distinción en el Antiguo Testamento entre el Espíritu Santo estando sobre, en o con una persona.[1] Dios indicó que Josué iba a ser el próximo líder después de la muerte de Moisés porque él era «varón en el cual hay espíritu» (Números 27:18). Job posiblemente refirió al Espíritu («hálito») de Dios en él (Job 27:3). Job entendió que hubo un espíritu adentro de él que le dio fuerza de guardar su lengua (Job 32:18).




D. El Espíritu y la profecía

Hay una confusión en este punto también. El concepto de «profecía» en la Biblia es de predecir lo que Dios ha dicho sobre algo futuro, o el decir lo que Dios ha dicho (el simple predicar la Palabra de Dios). Por esto, los ancianos en Números 11:25 tuvieron el Espíritu Santo reposando sobre ellos, y «profetizaron,» o mejor dicho, predicaron (compare con los mensajeros de Saúl en 1ª Samuel 19:20; Zacarías en 2ª Crónicas 24:20; Joel 2:28-29). Actualmente la profecía es un enfrentamiento del pecado de alguien con la palabra de Dios animado por el Espíritu Santo (Miqueas 3:8), sea una comparación de la conducta pecaminosa y la norma de Dios, o también puede incluir un juicio presente o futuro contra tal persona o grupo. Nehemías dijo sobre Dios «les testificaste con tu Espíritu por medio de tus profetas» (Nehemías 9:30 cp con Isaías 59:19 y Zacarías 7:12). También Isaías 11:4 dijo sobre el Mesías, «herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.» Compare esto con Isaías 40:7 «La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento (espíritu) de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo.»

Una de las palabras griegas para predicar, «exhortación», también tiene dos conceptos distintos. Esta palabra griega puede significar «exhortación» (animar a una conducta) o «consolar» (de confirmar o dar consuelo). El Espíritu Santo es el gran Consolador (Juan 16:7). Este concepto aparece en 2ª Crónicas 15:1-2 cuando el Espíritu de Dios «vino» sobre Azarías, y Azarías confirmó Asa. También el Espíritu de Jehová vino sobre Jahaziel (2ª Crónicas 20:14) y él consoló a Judá y Josafat.




E. La Presencia del Espíritu

Las personas del Antiguo Testamento tuvieron el sentido de este Espíritu de Dios entrándoles y dejándoles en varios tiempos. Ezequiel dijo, «entró el Espíritu en mí» (Ezequiel 2:2; 3:24) y luego dijo «vino sobre mí el Espíritu de Jehová» (Ezequiel 11:5). Números 24:2 dice que «el Espíritu de Dios vino sobre» Balaam. Es importante de entender que Dios no dio su Espíritu a individuos sin propósito. Siempre en una forma el Espíritu obraba adentro de los individuos para que ellos pudieran hacer la obra de Dios. Esto puede ser en recibir la palabra de Dios inspirada (2ª Samuel 23:2), en repetir y explicar la palabra de Dios ya dada por otros en forma de una exhortación (sermón, enseñanza) o una consolación, o en hacer trabajos que necesitarían talento (sabiduría) especial (Éxodo 28:3).




F. La Llenura del Espíritu

En lo de hacer trabajos (físicos) para Dios, la frase normalmente utilizada es de «llenar con el espíritu» o como en el caso de Éxodo 31:3 «lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte» (también en Éxodo 35:31). Esta llenura otra vez es para capacitar la persona para hacer algo específico.

G. La Presencia del Espíritu sobre el Rey David

En el caso de David, rey de la nación y pueblo de Dios, David sintió en una ocasión que el Espíritu de Dios le retiró de él («no quites de mí tu santo Espíritu» Salmo 51:11) cuando él no se arrepintió de su pecado (adulterio con Betsabé). Pero la armonía de la Biblia nos obliga a tomar este dicho de David en el sentido que David sentía que el Espíritu de Dios estaba lejos de él aunque todavía el Espíritu estaba sobre David, porque 1ª Samuel 16:13 dice claramente en el principio de su ministerio, «desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David.» Se ve esta mala relación entre el Espíritu y un creyente también en Isaías 63:10 «ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.» Dios hizo la promesa en Hageo 2:5 «Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis» que indica que el Espíritu Santo iba a estar entre los creyentes siempre sin falta, y especialmente en tiempos de problemas. También en el mismo Salmo 51, versículo 12, David pidió a Dios que el espíritu «noble» de Dios le sustentaría. Es interesante que David sintiera que Dios le ha quitado el Espíritu Santo de él porque David también dijo «¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.» (Salmo 139:7-8). No hay escape de la presencia de Dios, pero Dios puede retirar el gozo de su presencia. Esto es el verdadero castigo del infierno, y aun en el infierno, hay el reconocimiento de que Dios está en una forma presente en este castigo. Podemos entender que parte del castigo del infierno es esta depravación del gozo de la presencia de Dios. Tenemos la promesa de Dios «Volveos a mi reprensión; He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros» (Proverbios 1:23) que indica que una persona no siente la presencia del Espíritu Santo si anda descarriadamente en sus pecados.

1ª Samuel 16:14 dice «El Espíritu de Jehová se apartó (se apagó o le dejó) de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová.» El caso de Saúl es muy complicado (otro ejemplo será Sansón), y muchos comentaristas piensan que Saúl no era aun un creyente en verdad. Pero ni modo, la confusión sobre si Saúl era uno verdadero cristiano o no, debe instruirnos de no usar a Saúl como un ejemplo. Aun el caso de Saúl en una forma concuerda con lo que vemos de David, el Espíritu Santo (de Santidad) ni demuestra su presencia en la persona ni la persona siente su presencia cuando hay pecado en la vida. Cuando esta presencia del Espíritu de Santidad no existe en la vida (se ve por la vida santa y piadosa) entonces la puerta está abierta para malas influencias (demonios) de entristecer la persona.




H. El Pueblo Disfrutando del Espíritu de Su Líder

Números 12:6 Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. 7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. 8 Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?

Moisés era un líder especial en la historia de Israel porque tuvo una relación cerca con Dios. Moisés era uno de los pocos seres humanos que habló cara a cara con Dios («hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero» Éxodo 33:11; Números 14:14; Deuteronomio 5:4; «nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara» 34:10). En esto Moisés era un tipo de Cristo (Hechos 3:22-23; 7:37; Hebreos 3:5-6). Dios dijo claramente que Moisés tuvo el Espíritu Santo («tomaré del espíritu que está en ti») en Números 11:17, 25, e Isaías refiere claramente a lo mismo en Isaías 63:11 «¿dónde (está) el que puso en medio de (Moisés) su santo espíritu?»

Números 11:17 Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo. 25 Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.

El propósito de esto (Números 11:17) fue de llevar a acabo la carga de juzgar los casos entre el mismo pueblo de Israel. Esto no era de decidir razón entre dos personas que se acusaron entre sí, sino era una mezcla de oír cada lado del pleito, oír a los testigos si hubo, y luego enseñar los principios de justicia y decidir quien tiene la razón según estos principios y de asegurar que la justicia se cumple. Los casos que llegaron a Moisés no fueron todos, pero nada más los mas difíciles (Éxodo 18:26).





El caso de ser un juez donde hay pocos mandamientos o poco entendimiento entre la gente implica la predicación y enseñanza de los principios de justicia (Nehemías 9:20) no directamente revelada en estos pocos mandamientos. Hay una fuerte relación entre el Espíritu Santo viniendo sobre una persona, y luego esta persona hablando las palabras de Dios (predicando). Vea por ejemplo Isaías 59:21; 61:1. En el libro de Jueces relata los libradores (literalmente «jueces») Otoniel (3:10), Gedeón (6:34), Jefté (11:29), Sansón (13:25; 14:6,19; 15:14). En ellos se ve más el cumplimiento de la sentencia por su propia mano que la enseñanza de juicio. Esto era porque Israel supo que no deben hacer amistades y casarse con la gente pagana a su alrededor, pero nadie tomó la iniciativa de hacer nada. Todos estos «jueces» tuvieron el Espíritu sobre ellos para capacitarles para esta obra de Dios. El Mesías también iba a juzgar (traer justicia), «he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones» (Isaías 42:1). Por lo tanto esta obra de ser juez sobre el pueblo de Dios es relacionada con el predicar y enseñar.

En Números 11, parece que la norma era que el Espíritu Santo vino sobre los líderes y algunos escogidos para propósitos especiales, pero en que los setenta varones ancianos oficialmente recibieron el Espíritu con Moisés, y el hecho de que Edad y Medad que no estaban entre ellos y también recibieron parece de indicar que Dios usa personas no reconocidas como líderes en su obra. Estos dos afuera de los líderes ocasionó Moisés de expresar un deseo sobre el Espíritu Santo viniendo sobre cada creyente («Ojala todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos» Números 11:29). Dios se formalizó este deseo de Moisés en Joel 2:28-29 «derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas». Vemos el cumplimiento de este deseo de Moisés y la profecía de Joel en el día de Pentecostés (Hechos 2).

Isaías profetizó sobre el Mesías: «he puesto sobre él mi Espíritu» (Isaías 42:1), «El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí» (Isaías 61:1), y «reposará sobre él el Espíritu de Jehová» (Isaías 11:2). Aun desde el embarazo de María cuando el Espíritu Santo vino sobre Jesús tuvo que ser un tiempo oficial en que Jesús recibe el Espíritu Santo. Esto lo vemos en el bautismo de Jesús cuando el Espíritu Santo desciendo sobre Jesús en una forma más amplia, para que luego Dios pueda tomar el Espíritu que estaba sobre El y repartirlo a la Iglesia. Debemos anotar que esto del bautismo era para “cumplir toda justicia” (Mateo 3:15). Para entender esto, debemos entender primero que Dios no usa cosas comunes, sin primero santificarlas. O sea, Dios hace un rito o ceremonia para dedicar algo para el uso de Dios antes de actualmente usarlo. Esto es lo que sirve el bautismo. Todos somos siervos de Dios, pero tenemos que ser “apartados” oficialmente para el uso especial de Dios. Esto es nuestro bautismo en agua que siempre es lo más pronto después de la salvación como posible. Jesús no necesitaba ser salvo, pero si necesitaba ser oficialmente reconocido por Dios para su oficio de Mesías (el Ungido o Especial de Dios). ¡Qué mejor forma de reconocer esto sino por un bautismo donde fue ejemplo para la cristiandad, y para ver visiblemente el Espíritu Santo venir sobre Él y la voz de Dios el Padre!

Esta compara con Dios tomando del mismo Espíritu que reposó sobre Moisés (el líder del pueblo de Dios que hablaba cara a cara con Dios – Éxodo 33:11) y repartiéndole a los ancianos en Números 11:17, 25, 29.

Juan 1:15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Éste es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. 16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. 17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

Lo que Dios hizo con los creyentes en el día de Pentecostés tuvo su precursor en Moisés y los ancianos varones en Números 11. Como Jesús era el capitán de nuestra fe (Hebreos 2:10), Dios dio el Espíritu Santo al líder de su pueblo y luego repartió a otros adentro de su pueblo.

[1] El caso de 1ª Crónicas 12:18 cuando «el Espíritu vino sobre Amasai» es muy interesante. La palabra «vino» en este versículo es de abrigarse, o sea como cuando alguien se pone un abrigo en el cual se ve mas del abrigo que de la persona. Este concepto de envolverse completamente es en su fondo la misma idea de la palabra «bautismo», de sumergir o saturar una pieza con un colorante para que la pieza luce con este colorante. En Ezequiel 11:5, Ezequiel dijo «vino sobre mí el Espíritu de Jehová». Aquí la palabra es literalmente es «cayó». En Isaías 11:2 (referente al Mesías), la palabra es de «reposar» o sea de inhabitar por larga duración como alguien que mora adentro de la casa por largo tiempo.